Asociaci—n
Pro Derechos Humanos de Andaluc’a
c. Blanco White n¼ 5 41018
SEVILLA
çrea de Inmigraci—n
La magnitud de la tragedia ocurrida tras el naufragio
el pasado 25 de octubre en aguas de la Bah’a de C‡diz es enorme: Treinta y seis
cad‡veres recogidos hasta el momento y un nœmero indeterminado de
desaparecidos, que f‡cilmente pueden ser diez personas mas.
Se nos encoge el coraz—n y se nos agotan las palabras.
Ante la continuidad de este drama se nos encoge el
coraz—n y nos solidarizamos con las v’ctimas y con sus familias, cuyo œnico
pecado fue la bœsqueda de un futuro mas digno. Lo peor que podr’a ocurrir es
que la sociedad se insensibilice ante esta tragedia convertida ya en cotidiana
Se nos agotan las palabras y se nos agolpa la
indignaci—n ante el empecinamiento del gobierno en continuar con pol’ticas de
control y represi—n hacia los inmigrantes, convirtiendo nuestras costas en una
fosa y a nuestra tierra en la comisar’a de çfrica. No ha sido el temporal quien
ha matado a no se sabe cuantas personas en la Bah’a. Ha sido esa pol’tica
irreal, ilusoria y que lleva a tanta desgracia, a tanto sufrimiento y a tantas
muertes.
De hecho la entrada en vigor del SIVE (Servicio
Integrado de Vigilancia del Estrecho) que ahora el Gobierno quiere extender al
conjunto de las costas andaluzas, no s—lo no ha conseguido evitar la llegada de
pateras y las muertes en el propio Estrecho (de hecho su ineficacia est‡
comprobada en determinadas circunstancias climatol—gicas) sino que el desv’o de
pateras se hace en condiciones mas peligrosas. Las pateras llegan a mas puntos
de la costa andaluza como hoy se demuestra y salen de mas localidades de la
costa africana, desde Argelia al sur del S‡hara. Con las consecuencias tr‡gicas
que estamos viendo d’a a d’a. De hecho el pasado 18 de octubre fueron
encontrados cuatro cad‡veres en las playas de Larache de uno de tantos
naufragios no detectados.
Desde la Asociaci—n Pro Derechos Humanos de Andaluc’a
no podemos sino solidarizarnos con el pueblo marroqu’, que sufre un rŽgimen
desp—tico y corrupto, que destina todos los recursos (los de Marruecos y los
que llegan como ayuda) al enriquecimiento de la casta que vive bajo la sombra
del rŽgimen y del Palacio Real. Un rŽgimen adem‡s mimado por la UE y EE.UU.
pese a las numerosas violaciones de derechos humanos. Un rŽgimen que deja tan s—lo
como œnica perspectiva de su pueblo la emigraci—n.
En solidaridad con las v’ctimas y en la exigencia de
un cambio de rumbo en la pol’tica migratoria y de relaciones exteriores, en
solidaridad con el pueblo marroqu’ y el conjunto de los pueblos africanos, la
Asociaci—n Pro Derechos Humanos de Andaluc’a llama a la movilizaci—n social y
anuncia la convocatoria de concentraciones de repulsa.